Don Francisco, nuestro profesor de Física, nos cuenta como hemos percibido la enorme erupción del volcán de Tonga.
El sábado 15 de enero de 2022 se produjo una gran erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai, un volcán submarino a 65 kilómetros al norte de Nuku’alofa, la capital de Tonga, en la Polinesia (Oceanía). Esta erupción fue, probablemente, la más grande registrada en cualquier parte del planeta en más de 30 años, según los expertos. Como consecuencia de la misma se produjo un tsunami que fue detectado a miles de kilómetros de distancia, como en Estados Unidos, Perú o Japón.
Pero además, la erupción fue acompañada de una onda sonora muy potente (una onda de choque), que a gran velocidad recorrió todo el globo terrestre, siendo detectada, por tanto, en la antípoda geográfica, que es Argelia, y también en el IES El Temple.
El sonido es una onda esférica, o sea, que se propaga en todas direcciones. Así, cuando golpeamos un tambor el sonido originado se oye en todas direcciones, y cuando explota un cohete, o miramos un avión también oímos el sonido debajo de él. Esta propagación lo hace produciendo cambios en la presión del medio por el que viaja. Por eso decimos que es una onda de presión. Además, la velocidad del sonido es de unos 340 m/s en el aire, es decir, unos 1200 km/h.
Los cambios producidos en la presión del aire al pasar esta onda de choque pueden detectarse por los barómetros y, gracias a nuestra estación meteorológica, hemos podido detectar el «tsunami meteorológico» producido en todo el mundo por el susodicho volcán. Teniendo en cuenta la velocidad del sonido, y que la distancia a la isa de Tonga es de unos 17.000 km, el paso de la onda de choque por Granada debió ocurrir en torno de la medianoche del 15 de enero, a partir de las 21:30 aproximadamente.
La imagen anterior corresponde al registro de presión de nuestro instituto, desde las 17 horas del día 15 hasta las 17 horas del día 16. Fijaos lo que ocurre con la presión en la franja horaria correspondiente al paso de la onda. Hay dos picos máximos (señalados en un círculo rojo), lo cual debe ocurrir a la llegada del frente de onda desde el oeste y el otro desde el este.
La imagen de abajo corresponde con la observación del barómetro del aeropuerto de Granada.
Como podéis ver, incluso un volcán de una pequeña isla, en el otro lado del planeta, nos puede afectar.